Tras más de 9000 km en 21 días, por fin nos acercábamos a la nada, a sildavia, a la frontera de Mongolia, el país más despoblando del mundo, donde el 80% de su población es nómada y donde solo unos pocos elegidos caballeros, que buscan sus santos griales han llegado; pero lo más importante, un lugar, el desierto del Gobi, donde estaba seguro que me esperaría mi santo grial, volver a ver a mi mama…
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